Mada y Cecilio. Barcelona 1972. Ya sé que no hay segunda oportunidad, pero hay que ver la añoranza que da una foto de estas. Y total... por soñar que no quede, cada cual puede imaginar y soñar lo que quiera, luego... será lo que tenga que ser como siempre.
Cuando Maite empezó a saber escribir rezaba mientras miraba el albúm de fotos, y el amén lo escribía sobre la que tenía más cerca, como ocurrió aqui.
domingo, 21 de enero de 2007
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